Estas montañas cubiertas de niebla,
son una casa ahora para mí.
Pero mi casa es de las tierras bajas,
y siempre lo será.
Algún día volverás a
sus valles y sus granjas.
Y ya no quemará,
para ser hermanos de armas.
A través de estos campos de destrucción,
bautismos de fuego,
que he sido testigo de su sufrimiento,
como las batallas rugían superior.
Y aunque se duelen tanto,
en el miedo y la alarma.
No me abandonan,
mis hermanos de armas.
Hay tantos mundos diferentes,
tantos soles diferentes.
Y tenemos un solo mundo,
pero vivimos en otros diferentes.
Ahora el sol se ha ido al infierno,
y de la luna cresta de la ola,
déjame decir adiós,
Cada hombre tiene que morir.
Pero está escrito en las estrellas,
y en todas las líneas de la palma.
Somos tontos para hacer la guerra,
a nuestros hermanos en brazos.
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